disponiéndolo objeto
del propio anhelo
A quien suelta los hilos
atados al cuello
sin importar los visibles
A quien temiendo al pasado
hace frente al futuro
sin temor al fracaso
A quien perdió los afectos
ya pasó por el duelo
y sobrevive a contarlo
A quien desnuda el rostro
sin temor al diluvio
ni resignar el misterio
A quien conserva un vestigio
mudo y secreto
de niño dormido