lunes, 31 de diciembre de 2012

los que están
los que se van
los que, en rigor, nunca fueron:
todo vía, tras la vorágine de fiebre
de un año que ha de guarecerse para siempre
en la casa hecha de olvido
(o no)
no sé...
si a mí me preguntan
quisiera ver de fiesta al pobre:
el rico nos ha asqueado
con su desfile de mesas ampulosas
teñidas de felicidad
(no habiendo esencia, supongo, que se jerarquice como sucedáneo...
o será que acaso no tuerzo
mi brazo de
fe)

Limpiar el espíritu
con un fuego de amor terreno
en las costas del hombre
que se lance a las aguas
de aquello por conocer
eso quiero, 365... 66 veces cuando mucho.

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