Se va
y, dicen, no es gratuito
pero yo quiero verlo
más aún sabiendo
que cada día que pasa
se embelesa de sal y miel
Y si pretende no volver
que no olvide nada
y en lo posible se lleve
el grito de esta gente
para hacerlo decreto
A los que se valieron, abruptamente
de esta idea de partida
los saludo
siempre con la vista
en el sur
A los ansiosos
les convido de esta cínica paciencia
para no desilusionarlos
topándose con la misma vereda
A los que lo saben
pero aún siguen insistiendo
a ésos yo los abrazo
en este nuevo e inexorable día
Sin poder evitarlo
la TV anfitriona
se adueña de todo
y vomita sus miserias:
Los profetas hablan
Los fieles adulteran
Los ricos carcajean
Los ausentes ni se enteran
Guardarme tras mis párpados para ejercitar un viaje a más allá de la muerte. Leer la verdad en mis propias huellas (madres de su tiempo). En mi gente del alma delectar la concientizada caterva. (Miguel Abuelo)
sábado, 31 de diciembre de 2011
miércoles, 28 de diciembre de 2011
Flaco
Tu voz,
cofre, desde siempre, de jardines
y sierras y prados
y barros y sangre
y luz
Tu guitarra
celosa dueña
de verdades insondables
para quienes siempre tuvieron el espíritu ciego
o falanges tristes
Tus manos
vehículo
de la poesía escrita
para los ojos de un ciego
que celebra, incrédulo,
en el espejo
Y rodéandote en una ingenua danza sepulcral
para la cual no darás el gusto
danzan moscas que enchastran sus pseudo-lenguas diminutas
embelesadas en la utopía de beber un sorbo abyecto e impotente
de tu inconcebible amor,
el cual finalmente las repele
y el resto es el todo:
tu tierra y tu gente
(a Luis Alberto, con todo el amor que le tengo)
cofre, desde siempre, de jardines
y sierras y prados
y barros y sangre
y luz
Tu guitarra
celosa dueña
de verdades insondables
para quienes siempre tuvieron el espíritu ciego
o falanges tristes
Tus manos
vehículo
de la poesía escrita
para los ojos de un ciego
que celebra, incrédulo,
en el espejo
Y rodéandote en una ingenua danza sepulcral
para la cual no darás el gusto
danzan moscas que enchastran sus pseudo-lenguas diminutas
embelesadas en la utopía de beber un sorbo abyecto e impotente
de tu inconcebible amor,
el cual finalmente las repele
y el resto es el todo:
tu tierra y tu gente
(a Luis Alberto, con todo el amor que le tengo)
martes, 27 de diciembre de 2011
Felicidades
A las doce menos diez
probablemente no me conmueva el hecho de saber que el resto sea
de otros diez redundantes minutos
¿qué decir de doce y cinco?
¿doce y veinte?
¿mediodía, al día siguiente?
¿Vale la pena?
Okey, celebremos que estamos, tal vez, juntos
y que tenemos en común
una dulce muerte
(para los "hijos del rigor")
Ahora bien, ¿qué queda para quienes no conocen de mieles?
¿para quienes son todo rigor?
¿para quienes no asocian al rojo
con la cíclica mesa
donde otros escamotean sus diferencias
y festejan la defunción de toda revolución?
¿qué para quienes reconocen en sus pares
lo que suponen familia?
¿qué, para quienes no tienen tiempo
para ídolos, árbol y sosiego?
¿quién les regala
un sorbo de libertad?
Los hombres aún reclaman
y su carta mayor
llora bajo el árbol
(adonde, por cierto... buscan alimento)
probablemente no me conmueva el hecho de saber que el resto sea
de otros diez redundantes minutos
¿qué decir de doce y cinco?
¿doce y veinte?
¿mediodía, al día siguiente?
¿Vale la pena?
Okey, celebremos que estamos, tal vez, juntos
y que tenemos en común
una dulce muerte
(para los "hijos del rigor")
Ahora bien, ¿qué queda para quienes no conocen de mieles?
¿para quienes son todo rigor?
¿para quienes no asocian al rojo
con la cíclica mesa
donde otros escamotean sus diferencias
y festejan la defunción de toda revolución?
¿qué para quienes reconocen en sus pares
lo que suponen familia?
¿qué, para quienes no tienen tiempo
para ídolos, árbol y sosiego?
¿quién les regala
un sorbo de libertad?
Los hombres aún reclaman
y su carta mayor
llora bajo el árbol
(adonde, por cierto... buscan alimento)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)