Pretención;
léase: desembocadura:
corriente contra corriente;
¿y lo que fuese hermoso?: otrora.
Y lo que fuese tiempo
transmuta en migajas
o al menos así lo siento
cuando te doy toda mi alma
y te parecen sólo sorbos.
El sol incinera:
allí mi rostro iridiscente
derritiéndose
y la gota en el suelo
como prueba
de que así nos vamos de a poco
gota a gota
sorbo a sorbo
llantovertiente.
No alcanza.
Mi corazón agitado
No basta.
Taquicardia.
¿Náusea?
No basta: quieren verte muriéndote de adentro para afuera.
Ay... qué consumación oscura
nos trajo a hablar
en términos de muerte,
en palabras que si bien persisten,
nacen ya con el ímpetu del suicidio
en su pasajera piel de un algo que acaba de pasar:
(y pensar, ay... sonido...
amada música suburbana
poseída por ayeres...)
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