jueves, 1 de septiembre de 2022

Algodón

Se suscitan algunos cortos imprevistos.
Por lo general intento abordar tus cristales desde una óptica que percibís en términos de cotonete.
Yo creo que pifiás con el lugar.
Mi algodón está en la boca, está en los dedos.
Lejos de mí está pensarte desde allí, y mucho menos mis signos vitales.

Mis sensaciones son encontradas.
Tus besos son dagas punzando en mis dolores.
Tus ojos devuelven acuerdo, al respecto.
Noto y confirmás que es a veces intencional y por supuesto, ¿qué importa?

Otras veces encuentro adhesión en pantanos triviales.
Pierdo el rastro y no percibo si el barro es mío o quizás te lo robé.
Me dejo llevar por tanzas donde hilvanamos la pavada y pierdo el foco.
Y cuando pico extravío un poco de vos.

Vincularnos al fuego no es forzado.
Nos siento criatura que dirime su disputa en terreno anhelado.
Las manos sincronizan sin pensarlo.
Las miradas son intensas y hablan claro.
Las palabras también, pero su lenguaje es a veces inexacto.

Es imperioso ordenar los conceptos por urgencia.
El vino. La impaciencia. Tu sabor.
Acaso las tres cosas que más me interpelan, hoy.

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