Ése vino...
y mis manos
torpes,
nerviosas
aunque devotas
Tu mirada
y el beso
para romper con todo tiempo
Tu abrazo
despertar
otro beso
y antídoto;
te extrañaba,
a decir verdad,
bella luna que eclipsas
entre sábanas
y me encantas así
huyendo,
acudiendo,
corriendo de nuevo...
es la luz de la ventana
que te revela
clara
como yo te recordaba
(pedazo de mí)
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