Será la farsa de los hombres
que nos deje fuera de juego
o las miles de historias
que acaso merezcan ser contadas
o numerosos fracasos
deseosos, ellos, de formar parte fundamental
de nuestro haber de sinsabores.
Sea lo que sea,
cuando el amor se troca en lo que en el fondo un poco sí es
y las manos se enfrian
y las bocas se aman pero las mentes se apoderan
y son un único emperador reverberando en el aire, y destella de dolor
de ira y desesperación
ahí
(dirá Antonin)
se va todo al carajo
Así, pues,
llévate mis manos
y, sino de tu piel,
exprópiame de mi propio cuerpo,
así yo habré de tercerizar-(y amar)me
y acaso yo cultive
toda mi ternura para tí
sin saberlo.
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