lunes, 1 de agosto de 2011

Los necios



Sonríen
Dan la mano
Juegan
(¿Harán el amor?)

Consumen carne
consumen pizza ("en la esquina")
Vacacionan.
Hombre, mujer, niños, en fín:
analogía de lo "común".

Los quiénes (que se salen de las grandes manos, son múltiples, ineludibles)
no pueden hacerlo (aunque los primeros insistan en decretar lo contrario)
subordinados por ellos:
los Necios,
que dicen que sí
desde su impune corazón con forma de "no";
sí, ellos, los Necios, impecables, que saben,
o en el mejor de los casos
ignoran
porque es más fácil

No les importa
salvo, sí... (seamos justos)
tener ese huequito en el cosmos
donde trazar un ombligo
que se chupe todo
lo que no se les parezca
y que quede la máquina
que convierte la noche ajena
en su vasta miseria (que no para de crecer
bajo la forma de frívolos dígitos bancarios).

NO.
("¿Para quiénes?")
No hay.
No habrá.
"Lo obtuve sudando,
¿qué importa si ellos no?"
Y uno nuestro desfallece:
no supo ir vestido de sudor (el agua se la roban en globos)
no supo ir en harapos (la dignidad se la sustrajo el suelo)
a esa entrevista laboral
que nunca llegó,
que nunca husmeó esas calles,
ya que no fue concebida
para las tácitas manos de este ser
que... Uhmm... un... un momento!
¿en qué estábamos?
(...)



(a los olvidados y subordinados de siempre, condenados por "nacer mal"; subordinados a quienes "votan bien")

Imagen: barrio de Montserrat. Julio de 2011.

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