Y aunque te parezca
extraño:
todo este tiempo
estuve, por vos, esperando
para seguir el camino
juntos
Para qué perpetuar lazos
condescientes con los tabúes de gente inmóvil;
no es la carne, sino el espíritu
el que se expresa, y esta primera, vehículo,
máscara y portavoz del deseo de ese núcleo
no-corpóreo
No son las manos, no las voces,
enhorabuena, los corazones
rindiéndose tributo
a través del sexo,
a través de la palabra.
Son los ojos...
¿acaso la memoria..?
que a sombra de ellos se alimenta:
porque aunque el destino te robara de mi vista,
ya vestida de milenario resabio, te dibujaría en la nada, proyectada a través
de un cúlmine rayo láser.
¿Y si nos hechan la noche
encima?
Oh no...
Nada opacará nuestro viernes,
solo un diluvio o algo peor.
(más de una frase, acaso la idea global del escrito, son cortesía de Ludmila... bueno, y la primera cita... de Charly, claro)
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