¿Miedo?
No, por favor.
Llamalo si ves en mi
algún vestigio de silencio
(silencio hediondo y saturado de muerte)
porque francamente
(quizás muy a mi pesar)
No, mentira.
Pero francamente... (y deberías saberlo)
yo canto para tí.
Cuando no estás acá
no pretendo que corras
tras mis ojos
multiplicados
y cuando estás...
ahí sí,
te miran
como si hubieses vestido de colores
(colores, todos ellos, imposibles)
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