Tu mano los alimenta
tu voz los domestica
pero ya endulzaste el oído:
¿cómo pensás volver del estómago?
Ya te están comiendo:
se relame, celoso, el gato;
entierra sus garras
y desgarra la carne que hay en tu mirada
Pero claro, ni cuenta te das,
no te besa los ojos
ningún sol
ningún dios
Sí lo hacen los cretinos,
ellos, vestidos de agua
(pero agua toda putrefacta
aunque transparente la creas)
Y tu descargo triste
ha sido compuesto en las puertas añejas;
esas que tanto tiempo escondieron
los venenos que te avergüenzan
Ojalá algún día puedas verlo
(y ojalá sea antes de que te devore la fiera
que se viste de blanco,
de cordero manso)
(situación de jefe que se deja endulzar las orejas, y acariciar por dos manos que se ensucian; por bocas que besan su costado izquierdo, su costado de fiebre, su costado de muerte).
PD: título de la poesía: Miguel Abuelo. y en cursiva: Spinetta y Edelmiro, respectivamente.
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