miércoles, 4 de mayo de 2011

El mendigo en el andén


Comprendo que
no te moleste;
que no haya impedimentos,
y sí esta especie de vía libre
a todo impulso

Sin embargo ¿hasta donde
vas a regatear...
para dar, al fin
con (solo) estas tontas nimiedades
que pretendes de mi?

Quisiera que veas:
hoy ya no soy agua,
ya no soy cielo,
no palabras,
ninguna voz.

¿Por qué debería yo tomar
la forma cualquiera
que
gustes?

¿Por qué no vestirme de negro?
¿por qué no un constante eclipse?
¿acaso no estás con las manos
ahogando este ridículo sol?

Nunca esperé nada
(probablemente no lo sepas)
Nada, nada más;
sólo compartir la risa;
(risa ínfima que se va
y quién sabe
si es con el parpadeo,
el aire
o el
olvido)

Aunque quizás me exceda en todo esto...
y baste probablemente con saber:
cada vez que veas mi mano besar tu mirada
no deposites nada:

llevate algo de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario