lunes, 23 de mayo de 2011

Con tus manos,
(hijas, ambas, de algún bohemio orfebre)
fecundas una agonía
parecida a la espera

Luces un traje lúgubre
y en los harapos me veo desteñido
deshilachado
sutil como lo que ya no es

¿por qué todo se empaña
y muere tras la mano inquieta?
¿por qué no puedo desgranarte, así...
desde el tallo hasta la hoja más despierta?

Porque no sería divertido
(tal vez)

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