la mirada absorta;
las manos ásperas;
lengua de hielo;
corazón de fiebre;
los dedos tiesos,
piernas locas, indóciles
los ojos detenidos en el tiempo que viene:
¿Qué mano indómita nos mece,
toma,
retuerce y exprime
más allá de la lágrima
cúlmine?
Destino, que tienes
las agujas del juego:
punzas en la llaga
de los tristes y
débiles
Guardarme tras mis párpados para ejercitar un viaje a más allá de la muerte. Leer la verdad en mis propias huellas (madres de su tiempo). En mi gente del alma delectar la concientizada caterva. (Miguel Abuelo)
martes, 26 de marzo de 2013
lunes, 25 de marzo de 2013
Se viste como
música de bienvenidas;
diatónico sol omnipresente;
días de cromática luna omnipotente;
caramelos sabor año nuevo;
juegos que nunca abdicarían al sueño;
sueños que nunca sacrificarían lo lúdico;
sacrificio que sueña en juegos y al vésre;
plaza sonriente, burbuja de ciudad indiferente;
diluvio que precipita sobre corazones en movimiento;
brujos reconciliados con el azar, encajonado;
jugadores compulsivos coqueteando con la calma y
calma, disfrazada de vértigo;
medianoche que ya no es, tiempo que se desdobla;
finalmente: miedo,
como rostro sucedáneo del amor que
avecina.
diatónico sol omnipresente;
días de cromática luna omnipotente;
caramelos sabor año nuevo;
juegos que nunca abdicarían al sueño;
sueños que nunca sacrificarían lo lúdico;
sacrificio que sueña en juegos y al vésre;
plaza sonriente, burbuja de ciudad indiferente;
diluvio que precipita sobre corazones en movimiento;
brujos reconciliados con el azar, encajonado;
jugadores compulsivos coqueteando con la calma y
calma, disfrazada de vértigo;
medianoche que ya no es, tiempo que se desdobla;
finalmente: miedo,
como rostro sucedáneo del amor que
avecina.
jueves, 21 de marzo de 2013
Otoño
Oh, es que ¿no has visto ..?
las hojas, sonándose la espalda contra innumerables pies (descarados)
la brisa, que muestra su gélida y bella contracara (abstracta)
los árboles, que se descubren y enfrentan a la invisible
pero gallarda boca que
pide un deseo
sopla y desnuda sus delgados cuerpos
en un abrir y cerrar de nubes;
los animales; triste, tonta, tierna, insólita o vana-mente inducidos por sus compañeros
a humanizarse
tomar café,
clavar una boina anacrónica,
un tango canino sin malevos armados (por suerte)
Un sábado gris digno de largometraje sordomudo
Un mate nostálgico, como fotografía perdida
La cuadra de aquel beso
La inmortalización gráfica de aquellos otros
y las esquinas futuras, sin embargo
atadas, aún, a lo imprecedible y aleatorio.
las hojas, sonándose la espalda contra innumerables pies (descarados)
la brisa, que muestra su gélida y bella contracara (abstracta)
los árboles, que se descubren y enfrentan a la invisible
pero gallarda boca que
pide un deseo
sopla y desnuda sus delgados cuerpos
en un abrir y cerrar de nubes;
los animales; triste, tonta, tierna, insólita o vana-mente inducidos por sus compañeros
a humanizarse
tomar café,
clavar una boina anacrónica,
un tango canino sin malevos armados (por suerte)
Un sábado gris digno de largometraje sordomudo
Un mate nostálgico, como fotografía perdida
La cuadra de aquel beso
La inmortalización gráfica de aquellos otros
y las esquinas futuras, sin embargo
atadas, aún, a lo imprecedible y aleatorio.
miércoles, 20 de marzo de 2013
Serán otros
los que besen;
los que acompañen;
los que duerman, envueltos, a los pies de la luna;
los que estén del otro lado del teléfono,
del otro lado del brazo,
del otro brazo del tiempo.
Serán otros, esta vez,
los que sepan de nuestros fracasos,
de nuestros sueños agridulces;
de edulcoradas victorias;
y otros serán, también partícipes
de cómo el rostro del mundo
nos come y nos bebe
desde incomensurables
belleza y sabiduría.
los que acompañen;
los que duerman, envueltos, a los pies de la luna;
los que estén del otro lado del teléfono,
del otro lado del brazo,
del otro brazo del tiempo.
Serán otros, esta vez,
los que sepan de nuestros fracasos,
de nuestros sueños agridulces;
de edulcoradas victorias;
y otros serán, también partícipes
de cómo el rostro del mundo
nos come y nos bebe
desde incomensurables
belleza y sabiduría.
Una capa de niebla que todo lo abarca
Una canción que te desconoce
Una fotografía con sus protagonistas en fuga
(y la imagen viajó del futuro
para quedar despojada de la razón de seguir siendo).
Una cuadra que te sugiere en toda pequeña cosa
y te arrebata en la indómita baldosa siguiente
Una vida que nos daba amalgama
y hoy nos enfrenta de forma indigna.
Los domingos: grises
las mañanas ídem
y los impunes sábados por la noche,
toman la oz por su cola
y componen un acéfalo y flamante
león sin
corona
(que rompe en llanto y renace en un golpe de júbilo macabro)
Una canción que te desconoce
Una fotografía con sus protagonistas en fuga
(y la imagen viajó del futuro
para quedar despojada de la razón de seguir siendo).
Una cuadra que te sugiere en toda pequeña cosa
y te arrebata en la indómita baldosa siguiente
Una vida que nos daba amalgama
y hoy nos enfrenta de forma indigna.
Los domingos: grises
las mañanas ídem
y los impunes sábados por la noche,
toman la oz por su cola
y componen un acéfalo y flamante
león sin
corona
(que rompe en llanto y renace en un golpe de júbilo macabro)
martes, 19 de marzo de 2013
Una nueva manifestación de manos enredándose
Una multiplicidad de ojos contenidos en un disfraz de dos que esperan por tí
Un fuego profundo que avanza desde el lúgubre subsuelo
Un día inexorable que besa las mejillas con la vibra de un mundo acorazado
Un corazón que guarda celosamente aquellos ansiosos retazos de amor que habrán de arborecer
Un racimo de penas que se desgaja y hecha raíces en conexión con el centro de la Tierra
Un día como cualquier otro que ya no contiene penas
Y así debe ser
la energía lila y fosforescente que nos provea
de toda precisa
musculatura
Una multiplicidad de ojos contenidos en un disfraz de dos que esperan por tí
Un fuego profundo que avanza desde el lúgubre subsuelo
Un día inexorable que besa las mejillas con la vibra de un mundo acorazado
Un corazón que guarda celosamente aquellos ansiosos retazos de amor que habrán de arborecer
Un racimo de penas que se desgaja y hecha raíces en conexión con el centro de la Tierra
Un día como cualquier otro que ya no contiene penas
Y así debe ser
la energía lila y fosforescente que nos provea
de toda precisa
musculatura
lunes, 18 de marzo de 2013
Hasta que pude verlo,
y encontrar la paz
por la cual mi corazón se abre y se cierra
se mece, duerme y canta en sueños
(lúgubres y alados)
Todo claro,
conciso, puro
e inyectado en veneno pero
¿quién desconoce?
con la bota impiadosa y corrosiva del reloj
todo se muere
y toda el alma florece
(por suerte)
en cursiva: ver "Voz de diamantes" (Eduardo Mateo - Cuerpo y Alma)
y encontrar la paz
por la cual mi corazón se abre y se cierra
se mece, duerme y canta en sueños
(lúgubres y alados)
Todo claro,
conciso, puro
e inyectado en veneno pero
¿quién desconoce?
con la bota impiadosa y corrosiva del reloj
todo se muere
y toda el alma florece
(por suerte)
en cursiva: ver "Voz de diamantes" (Eduardo Mateo - Cuerpo y Alma)
Fattoruso nos dio la mano
Ahí estaba
el más negro de los caralunos
con el más afro entre los nipones
al son del tambor, candombe, piano, chico, y el repique desde su espíritu omnipresente;
ahí va, ése que lleva la Historia a upa
saludando, tendiendo la mano
a los que pudimos decirle
gracias
por candombe de luna
y candombe de soles
mientras el centro de la tierra
vibraba con nosotros en mágica contracción
por él, por ellos
portavoces del tambor, de ese toque ancestral.
(gracias al Hugo, por tanta magia)
el más negro de los caralunos
con el más afro entre los nipones
al son del tambor, candombe, piano, chico, y el repique desde su espíritu omnipresente;
ahí va, ése que lleva la Historia a upa
saludando, tendiendo la mano
a los que pudimos decirle
gracias
por candombe de luna
y candombe de soles
mientras el centro de la tierra
vibraba con nosotros en mágica contracción
por él, por ellos
portavoces del tambor, de ese toque ancestral.
(gracias al Hugo, por tanta magia)
domingo, 17 de marzo de 2013
Hagamos de cuenta
que no pasaron casi dos años
y dame ese beso
en esa esquina
en este tiempo
en esta vida
y que esta vez
dure
para
siempre
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tal vez de a sorbos
puedo
recuperar las cosas
que se me van
hoy
por entre las manos
como agua
devenida en
sal
que inevitablemente caerá
y en ese ocaso
habré de fundirme
en la forma del beso
jamás dado.
que no pasaron casi dos años
y dame ese beso
en esa esquina
en este tiempo
en esta vida
y que esta vez
dure
para
siempre
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tal vez de a sorbos
puedo
recuperar las cosas
que se me van
hoy
por entre las manos
como agua
devenida en
sal
que inevitablemente caerá
y en ese ocaso
habré de fundirme
en la forma del beso
jamás dado.
Al sr. inventor de la Máquina del Tiempo
Estimado Sr:
Aquí, en la ¿Tierra?, en el día de la fecha, y desde Buenos Aires, es que le escribe una de las tantas almas sensibles que moran por los barrios del sur de la Ciudad, que de puro envalentonado galáctico, tal vez, y dadas las inminentes condiciones de fracasar que avalan la presente, es fundamentalmente que uno se atreve a tirarle un dardo de muerte.
¿Por qué fracasar?, se preguntará usted. ¿Por qué dardo y, sobretodo, de muerte?
Pues bien. Tenga a vuestro conocimiento que, el hecho de haberse fugado o, mejor dicho, tomado el buque (hablemos con propiedad) de nuestro tiempo contemporáneo, nos comprometió hace ya mucho tiempo (nadie sabe bien) en nuestra búsqueda incansable e insoslayable hacia la felicidad, sea ya la que encontramos en logros universitarios, domésticos o, simplemente, aquellos más bien terrenales, pero no por ello menos valiosos, como el gusto de hacerse de doscientos gramos de matambre, cien de queso, panurdi en la esquina y plácate.
Y una nueva pregunta suya podría ser ¿Por qué consideran que yo los comprometí, joder?
Y bueno, loco. Vos fijate: te fugaste con la única, irremplazable, irrecuperable, insustituíble, insinbinguelengúleren samolfa-estrudensqui... en rigor, PUTA receta para volver en el tiempo, viejo!
Ya en sus tiempos (léase todos, inclusive, éste), Eduardo Mateo, se inquietaba hasta el hartazgo por saber de esta ¿breve tal vez? guía de instrucciones ignotas para clavar un Rewind hacia las turbias profundidades de la nostalgia, tan necesario fundamentalmente en domingos como este en el que el día toma la forma de una foca gigante que se duerme en tu espalda luego del correspondiente golpe, certero y abrupto, que nos deja de trompa al sopi.
A lo que voy es a que no puede ser que no le pongas huevos y aparezcas acá ahora, que es cuando la monada y la humánidad (con esa acentuación desde lo fonético, sí) te lo piden...
Personalmente, si me preguntás, pienso que sos un maricón. Aparte... ni sé a dónde buscarte. Qué viveza la tuya, che. Decime dónde! ¿En los sótanos atestados del pasado, o en los malditos cajones vacíos del futuro?
Si te vuelvo a ver, aún sin conocerte (en sueños bien nos conocemos), yo creo que te rompo la cabeza. Y creo que te como los sesos, y me hago un asado con tus brazos y piernas, y convierto tu sangre en el vino de la casa, y me hago un gorro con lo que quede de tu cerebro. Y de tus pulmones... tal vez me los transplante. Y de tus venas... quizá cambie los cables de un amplificador con eso, no sé. Ponele que se puso violenta la cosa, ¿no? Bien, pará... recuperemos la compostura.
Quisiera poder preguntarle, en síntesis, por qué no nos llevó en su trip... a todos. Sí, a todos. Llevarnos un poco atrás, resolver las cagadas monumentales, ponernos corte zen pero en sintonía real con el centro de la tierra y el cosmos, y no un mero slogan amarillo (el color de la muerte y la decadencia, diría Artaud) "Arte de vivir" para quienes puedan pagarlo. Sobre el tiempo en sentido de las agujas del reloj... yo prefiero no adentrar en tales cosas. El futuro que venga y golpee, che.
Ahora bien: realmente te pido disculpas, no es por agarrármela con vos, pero... vos sabés... la impotencia es el motor de los débiles a rompernos la saviola en la cuadra que viene con un pobre corazón vestido de gala, ajeno, seductor y lúgubre, a la vez.
Antes de cerrar estas palabras... entro en consideración... ¿a qué correo atemporal podría dirigirme? ya que las palabras se guardan dobladas contra sí mismas con un sobre blanco donde mueren, y estamo', ¿no?
(en tu memoria, Mateo; y la suya, amor que ya no es)
Aquí, en la ¿Tierra?, en el día de la fecha, y desde Buenos Aires, es que le escribe una de las tantas almas sensibles que moran por los barrios del sur de la Ciudad, que de puro envalentonado galáctico, tal vez, y dadas las inminentes condiciones de fracasar que avalan la presente, es fundamentalmente que uno se atreve a tirarle un dardo de muerte.
¿Por qué fracasar?, se preguntará usted. ¿Por qué dardo y, sobretodo, de muerte?
Pues bien. Tenga a vuestro conocimiento que, el hecho de haberse fugado o, mejor dicho, tomado el buque (hablemos con propiedad) de nuestro tiempo contemporáneo, nos comprometió hace ya mucho tiempo (nadie sabe bien) en nuestra búsqueda incansable e insoslayable hacia la felicidad, sea ya la que encontramos en logros universitarios, domésticos o, simplemente, aquellos más bien terrenales, pero no por ello menos valiosos, como el gusto de hacerse de doscientos gramos de matambre, cien de queso, panurdi en la esquina y plácate.
Y una nueva pregunta suya podría ser ¿Por qué consideran que yo los comprometí, joder?
Y bueno, loco. Vos fijate: te fugaste con la única, irremplazable, irrecuperable, insustituíble, insinbinguelengúleren samolfa-estrudensqui... en rigor, PUTA receta para volver en el tiempo, viejo!
Ya en sus tiempos (léase todos, inclusive, éste), Eduardo Mateo, se inquietaba hasta el hartazgo por saber de esta ¿breve tal vez? guía de instrucciones ignotas para clavar un Rewind hacia las turbias profundidades de la nostalgia, tan necesario fundamentalmente en domingos como este en el que el día toma la forma de una foca gigante que se duerme en tu espalda luego del correspondiente golpe, certero y abrupto, que nos deja de trompa al sopi.
A lo que voy es a que no puede ser que no le pongas huevos y aparezcas acá ahora, que es cuando la monada y la humánidad (con esa acentuación desde lo fonético, sí) te lo piden...
Personalmente, si me preguntás, pienso que sos un maricón. Aparte... ni sé a dónde buscarte. Qué viveza la tuya, che. Decime dónde! ¿En los sótanos atestados del pasado, o en los malditos cajones vacíos del futuro?
Si te vuelvo a ver, aún sin conocerte (en sueños bien nos conocemos), yo creo que te rompo la cabeza. Y creo que te como los sesos, y me hago un asado con tus brazos y piernas, y convierto tu sangre en el vino de la casa, y me hago un gorro con lo que quede de tu cerebro. Y de tus pulmones... tal vez me los transplante. Y de tus venas... quizá cambie los cables de un amplificador con eso, no sé. Ponele que se puso violenta la cosa, ¿no? Bien, pará... recuperemos la compostura.
Quisiera poder preguntarle, en síntesis, por qué no nos llevó en su trip... a todos. Sí, a todos. Llevarnos un poco atrás, resolver las cagadas monumentales, ponernos corte zen pero en sintonía real con el centro de la tierra y el cosmos, y no un mero slogan amarillo (el color de la muerte y la decadencia, diría Artaud) "Arte de vivir" para quienes puedan pagarlo. Sobre el tiempo en sentido de las agujas del reloj... yo prefiero no adentrar en tales cosas. El futuro que venga y golpee, che.
Ahora bien: realmente te pido disculpas, no es por agarrármela con vos, pero... vos sabés... la impotencia es el motor de los débiles a rompernos la saviola en la cuadra que viene con un pobre corazón vestido de gala, ajeno, seductor y lúgubre, a la vez.
Antes de cerrar estas palabras... entro en consideración... ¿a qué correo atemporal podría dirigirme? ya que las palabras se guardan dobladas contra sí mismas con un sobre blanco donde mueren, y estamo', ¿no?
(en tu memoria, Mateo; y la suya, amor que ya no es)
¿Pero a quién querés engañar?
sábado 5 am
¡más vale!
te desvivís
y tu cabeza muestra el goce de tu amado/a
en manos de un tercero
y todo es terrible
y la realidad golpea tu quijada con un golpe de muerte, que es un golpe análogo a tu sensación:
de muerte
y la poesía no se trata sólo de desahogarse
(debería saberlo)
sábado 5 am
¡más vale!
te desvivís
y tu cabeza muestra el goce de tu amado/a
en manos de un tercero
y todo es terrible
y la realidad golpea tu quijada con un golpe de muerte, que es un golpe análogo a tu sensación:
de muerte
y la poesía no se trata sólo de desahogarse
(debería saberlo)
sábado, 16 de marzo de 2013
Antídoto
Por qué subestimar
nuevos cúmulos de miel
que vierten sobre mí
todo su ímpetu;
el oro de los árboles
lleva dulces premios
a quien sabe aguardar
a que uno de esos vaivenes del tiempo
juegue para sí.
nuevos cúmulos de miel
que vierten sobre mí
todo su ímpetu;
el oro de los árboles
lleva dulces premios
a quien sabe aguardar
a que uno de esos vaivenes del tiempo
juegue para sí.
viernes, 15 de marzo de 2013
Descripción de un estado críptico
Un mareo que no califica de fiebre, pero que cuenta, acaso, con la suficiente personalidad para enamorar a tu rechazo, a tu miedo de muerte. Un limbo de numerosidad de ojos hostigándote, invitando a salir del sí mismo para ver el mundo suspendido en el aire, infiltrado en las capas intermedias del universo terreno.
Incertidumbre de fuego que se funde en las cenizas de la supuesta certeza, vacilación zig-zagueante del estado general de las cosas, imágenes en la nada que punzan en la sensibilidad con el filo de los dientes de un león supremo, feroz, absolutamente voraz.
Manos que se diluyen siguiendo las comisuras del rostro de un cerro inhóspito y sombrío. Manos que ya son dos, una, ninguna.
Sofocación progresiva y enrosque interestelar dispuesto en un escenario plantado especialmente para el desgarro del ánima, y la sensación del orto de haber visto hace ¿¡cuánto!? que aquel reloj de plastilina, al estirarse, inexorablemente iba a cortarse. Aquí es donde la noche cae a peso muerto sobre los anémicos hombros del devenir.
Incertidumbre de fuego que se funde en las cenizas de la supuesta certeza, vacilación zig-zagueante del estado general de las cosas, imágenes en la nada que punzan en la sensibilidad con el filo de los dientes de un león supremo, feroz, absolutamente voraz.
Manos que se diluyen siguiendo las comisuras del rostro de un cerro inhóspito y sombrío. Manos que ya son dos, una, ninguna.
Sofocación progresiva y enrosque interestelar dispuesto en un escenario plantado especialmente para el desgarro del ánima, y la sensación del orto de haber visto hace ¿¡cuánto!? que aquel reloj de plastilina, al estirarse, inexorablemente iba a cortarse. Aquí es donde la noche cae a peso muerto sobre los anémicos hombros del devenir.
Por las tuberías... a lo largo del camino ferroso... por las mañanas, dificultoso camino, agua corrosiva que lava la cara y las partes impúdicas (o lo que mierda sea... ¿qué significa esa palabra del orto que todos usamos desde la ignorancia más inescrupulosa?); y, por cierto, en realidad, ¿de qué higiene se habla? joder... te mestiste en un tubo de agua filtrada que supo tener hasta un cuerpo flotando encima, o quién sabe, y hoy te come los huesitos con el hermoso auspicio del cloro; pero vos le das, pa, pa, pa, vía nomás en la vorágine de corazón aventurero, otrora dormido, hoy motor con alimento vasto dentro de sí para irse de Claypole a Chingolo corriendo y cantando la Marcha Peronista, y aún con tiempo suficiente y descarado, incluso, para repasar uno o dos standards hasta que escucha a su mente racional y reflexiona: Es imposible meter la viola por la cañería del ojete, para qué intentar... qué lo parió... qué papelón... uy, uy, uy, ay, ay, ay.
Hay cada forro que considera que la poesía sólo debe valerse de la puta rima, del ampuloso y/o molesto y barroco verso caldeado a muerte de empacho, de "empalagosidad", qué se yo. De todos modos uno se va al carajo porque ¿de qué mierda se trataba el verso de la cañería?
... (latencia) ...
¿y a mí me preguntás, boludo?
Pasan los días y necesito fuentes de inspiración para no escribir cada mierda que se me cruza, pero mi café sabe amargo como pedo de ginebra o de momia (respectivamente), y el agua de las cañerías tal vez influyó en la imposibilidad de ósmosis y correspondiente imbecilidad de mi parte, tarea de responsabilidad tal vez variable, pero que llevo a cabo con irrefutable éxito.
Como diría Artaud en su Ombligo de los Limbos: A Mirtha Legrand, lo que corresponda.
Hay cada forro que considera que la poesía sólo debe valerse de la puta rima, del ampuloso y/o molesto y barroco verso caldeado a muerte de empacho, de "empalagosidad", qué se yo. De todos modos uno se va al carajo porque ¿de qué mierda se trataba el verso de la cañería?
... (latencia) ...
¿y a mí me preguntás, boludo?
Pasan los días y necesito fuentes de inspiración para no escribir cada mierda que se me cruza, pero mi café sabe amargo como pedo de ginebra o de momia (respectivamente), y el agua de las cañerías tal vez influyó en la imposibilidad de ósmosis y correspondiente imbecilidad de mi parte, tarea de responsabilidad tal vez variable, pero que llevo a cabo con irrefutable éxito.
Como diría Artaud en su Ombligo de los Limbos: A Mirtha Legrand, lo que corresponda.
Qué hacer...
Nada que aún pueda
nada que deba
nada que sea justo
nada que no sea en vano.
Nada que no sepas
Nada imprevisible
Nada saludable,
Nada,
Nada.
Redúcete a eso y quédate ahí con la forma de la no-forma
en la uniformidad de no ser,
permanece amorfa en el equilibro de desaparecer de mí
Desvanécete para mí
Sobretodo de mi mente.
Sé feliz
en los tiempos libres que permita TU mente,
tu alma,
tu cuore.
Si pudiera pedirte la felicidad de no haberte conocido...
vaya regalo preciado el que me ningunea el tiempo.
(será que lo merezco)
nada que deba
nada que sea justo
nada que no sea en vano.
Nada que no sepas
Nada imprevisible
Nada saludable,
Nada,
Nada.
Redúcete a eso y quédate ahí con la forma de la no-forma
en la uniformidad de no ser,
permanece amorfa en el equilibro de desaparecer de mí
Desvanécete para mí
Sobretodo de mi mente.
Sé feliz
en los tiempos libres que permita TU mente,
tu alma,
tu cuore.
Si pudiera pedirte la felicidad de no haberte conocido...
vaya regalo preciado el que me ningunea el tiempo.
(será que lo merezco)
miércoles, 13 de marzo de 2013
Adelante, sírveme de las razones
para descomponerme y redimirme
soltar la mano, escupir la tierra
arrepentirme, arar de nuevo
sembrar el día que sonríe
sabiendo siempre que su mueca es falsa.
¿Sonreír?
es difícil despertar
y no tener canciones que llenen el espacio vacío
que duerme a los pies de mi vientre
¿Amar?
es fácil desprenderse si pálidas manos
te sacan de mí
así como así.
Corazón:
ya hizo las valijas
para el viaje que empieza
y no claudicará.
para descomponerme y redimirme
soltar la mano, escupir la tierra
arrepentirme, arar de nuevo
sembrar el día que sonríe
sabiendo siempre que su mueca es falsa.
¿Sonreír?
es difícil despertar
y no tener canciones que llenen el espacio vacío
que duerme a los pies de mi vientre
¿Amar?
es fácil desprenderse si pálidas manos
te sacan de mí
así como así.
Corazón:
ya hizo las valijas
para el viaje que empieza
y no claudicará.
y será que sí:
debo entregarme nuevamente a las bocas que no corresponden
a los cuerpos que no me reconocen
a las noches voraces
a las lágrimas de fiebre
a los escritos en los cuales apago el corazón como un pucho insignificante contra el cenicero en el que se convierte mi estúpido cúmulo de sentires que me fagocitan sin piedad...
"Ay... Leonel"... me dice mamá...
es que ella me ha visto en el suelo
tendido como un ocaso irreparable
y envuelto en la bruma espesa.
Este es el comienzo, nos conocemos las fauces como gato y ratón:
mi corazón hablará una vez más, desde el dolor pero también
desde una luz nueva que se abre y que dice
que haré lo imposible por desgranarme
para siempre.
debo entregarme nuevamente a las bocas que no corresponden
a los cuerpos que no me reconocen
a las noches voraces
a las lágrimas de fiebre
a los escritos en los cuales apago el corazón como un pucho insignificante contra el cenicero en el que se convierte mi estúpido cúmulo de sentires que me fagocitan sin piedad...
"Ay... Leonel"... me dice mamá...
es que ella me ha visto en el suelo
tendido como un ocaso irreparable
y envuelto en la bruma espesa.
Este es el comienzo, nos conocemos las fauces como gato y ratón:
mi corazón hablará una vez más, desde el dolor pero también
desde una luz nueva que se abre y que dice
que haré lo imposible por desgranarme
para siempre.
ey!
¡acá estoy!
Grito desde el silencio! mi vida condenada al constantoxímoron
¿qué pasa que no me mirás?
¿tengo que estirarme, estratósfriendly?
o es que debo taparle a todos la cara con marcador indeleble?
¿qué sucede que tus ojos...
ya no repiten el aplauso de pestañas
que al tonto ego de mi ternura (sino al revés) le
encanta?
¿qué pasó con el perfume que yo advertía
quedarse aferrado a dientes y uñas
a cada prenda mía que, siquiera, besaba la misma atmósfera que la tuya?
¿Dónde me hallo sino en la mira inexorable
con la que solías hace magro tiempo medir la zona de ataque?
(yo habría de dejarme)
¿Dónde me encuentro sino extraviado
en todo lo que sea que alcancen tus brazos?
(que hermosamente y siempre tienen mi forma)
Si me estás leyendo
que no te cause rechazo
soltar las palabras de los ojos
vencer a este orgullo con cara de sicario insensible
y tomarme de una vez y para
siempre, Melanie.
Grito desde el silencio! mi vida condenada al constantoxímoron
¿qué pasa que no me mirás?
¿tengo que estirarme, estratósfriendly?
o es que debo taparle a todos la cara con marcador indeleble?
¿qué sucede que tus ojos...
ya no repiten el aplauso de pestañas
que al tonto ego de mi ternura (sino al revés) le
encanta?
¿qué pasó con el perfume que yo advertía
quedarse aferrado a dientes y uñas
a cada prenda mía que, siquiera, besaba la misma atmósfera que la tuya?
¿Dónde me hallo sino en la mira inexorable
con la que solías hace magro tiempo medir la zona de ataque?
(yo habría de dejarme)
¿Dónde me encuentro sino extraviado
en todo lo que sea que alcancen tus brazos?
(que hermosamente y siempre tienen mi forma)
Si me estás leyendo
que no te cause rechazo
soltar las palabras de los ojos
vencer a este orgullo con cara de sicario insensible
y tomarme de una vez y para
siempre, Melanie.
martes, 12 de marzo de 2013
Y si peregrino próximo al abismo
es porque busco, a inconsciente precio;
yo te busco por dentro de los cables de un tiempo empapado:
todo estallará, paisaje de electrocución.
Yo te quiero a los pies de la impiadosa muerte,
que me encuentra desgajándome bajo la ígnea mirada solar;
te encuentro en el césped, privándome uno a uno
de esos pétalos vitales
que me daban sentido.
Yo te amo más que nunca desde el silencio implantado por un turbio devenir
que trae viento pero también besos, resurreción, ¡amor!
te deseo incluso más, desde la atribulada noche
en que la sospecha plantó pistas falsas,
que no impidieron, sin embargo, que el pálido astro escamotee las penas.
Desde nuestra flamante película sordomuda
me visto de negro, maquillo de blanco,
y compro una galera:
a ver si llego a encontrarte...
es porque busco, a inconsciente precio;
yo te busco por dentro de los cables de un tiempo empapado:
todo estallará, paisaje de electrocución.
Yo te quiero a los pies de la impiadosa muerte,
que me encuentra desgajándome bajo la ígnea mirada solar;
te encuentro en el césped, privándome uno a uno
de esos pétalos vitales
que me daban sentido.
Yo te amo más que nunca desde el silencio implantado por un turbio devenir
que trae viento pero también besos, resurreción, ¡amor!
te deseo incluso más, desde la atribulada noche
en que la sospecha plantó pistas falsas,
que no impidieron, sin embargo, que el pálido astro escamotee las penas.
Desde nuestra flamante película sordomuda
me visto de negro, maquillo de blanco,
y compro una galera:
a ver si llego a encontrarte...
Nena
tu piel
me significa;
me da pan,
sin trigo mediante
me da ocaso
sin atardeceres
me da luna
(anticipada, ella)
y tus besos
me dan, agridulces,
las puñaladas del amor
que me encuentran permeable
y caigo súbitamente
en el laberinto de abrazos
que no son otra cosa que aquello que llevas siempre
bajo tu dulce ala
que me hiere y encanta
sombras de miel
de abejas
de ébano
tu piel
me significa;
me da pan,
sin trigo mediante
me da ocaso
sin atardeceres
me da luna
(anticipada, ella)
y tus besos
me dan, agridulces,
las puñaladas del amor
que me encuentran permeable
y caigo súbitamente
en el laberinto de abrazos
que no son otra cosa que aquello que llevas siempre
bajo tu dulce ala
que me hiere y encanta
sombras de miel
de abejas
de ébano
domingo, 10 de marzo de 2013
Las copas guardan en el alcohólico líquido
lo proporcional con respecto a cuántas esperanzas quedan en tu bolsillo:
a medida que ella bebe de los vasos
que él sirve, como siempre en estos casos,
ese bolsillo se desnuda paulatinamente,
y quien escribe no quisiera que haya más proporciones por el estilo,
sobretodo si en vez del vaso la comparación se mueve al depositario de esperanzas, llámese (nuevamente): bolsillo
lo proporcional con respecto a cuántas esperanzas quedan en tu bolsillo:
a medida que ella bebe de los vasos
que él sirve, como siempre en estos casos,
ese bolsillo se desnuda paulatinamente,
y quien escribe no quisiera que haya más proporciones por el estilo,
sobretodo si en vez del vaso la comparación se mueve al depositario de esperanzas, llámese (nuevamente): bolsillo
miércoles, 6 de marzo de 2013
y lloran:
los niños, los viejos,
los del medio;
los animales,
los parques,
los días,
(y fundamentalmente esa plena luna llena);
las consumaciones de sábados por la noche y domingos al mediodía,
los luchadores atemporales, del cosmos y de la tierra,
todos ellos, encarnaciones o no,
se visten hoy de luto,
aunque mañana se celebrará,
porque es una farsa,
(y ellos lo saben, naturalmente)
no tanto por ser una idea despreciable,
sino por aquella férrea promesa, más bien,
de que la Estrella
es el destino, y qué mejor que haberte reuinido
no con una, sino con miles, millones,
para que astronómicos dígitos correspondan al cielo eterno de las revoluciones, y sean miles,
insisto, millones,
y los desposeídos y olvidados de siempre, un romantrágico recuerdo
contado por los verdaderos voceros,
de la Libertad de los hombres, vale decir:
aquellos que atribuyen el rojo no a la vergüenza o al rubor,
no a la cólera o a la decidida frivolidad,
sino, claro, a eso que has sembrado en tantos:
la Dignidad.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, COMANDANTE HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS. TU LUCHA NO SERÁ EN VANO.
los del medio;
los animales,
los parques,
los días,
(y fundamentalmente esa plena luna llena);
las consumaciones de sábados por la noche y domingos al mediodía,
los luchadores atemporales, del cosmos y de la tierra,
todos ellos, encarnaciones o no,
se visten hoy de luto,
aunque mañana se celebrará,
porque es una farsa,
(y ellos lo saben, naturalmente)
no tanto por ser una idea despreciable,
sino por aquella férrea promesa, más bien,
de que la Estrella
es el destino, y qué mejor que haberte reuinido
no con una, sino con miles, millones,
para que astronómicos dígitos correspondan al cielo eterno de las revoluciones, y sean miles,
insisto, millones,
y los desposeídos y olvidados de siempre, un romantrágico recuerdo
contado por los verdaderos voceros,
de la Libertad de los hombres, vale decir:
aquellos que atribuyen el rojo no a la vergüenza o al rubor,
no a la cólera o a la decidida frivolidad,
sino, claro, a eso que has sembrado en tantos:
la Dignidad.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, COMANDANTE HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS. TU LUCHA NO SERÁ EN VANO.
Esperarte
Si me lo pedís
con una mano en el pecho
y así, con los ojos embebidos en agua
(que lava la cara,
que lava el corazón)
yo, convertido en esta débil masa que se deshace
y abrazando flamantes formas (que ya no son tales);
con la mente enferma
pero con intacta convicción de amor,
con la certeza de añorar tu imprescindible cancion envolviéndome,
te prometo que quedo tendido en la llanura del tiempo
al ras del centro de la tierra
al filo de la decadencia que no habrá, esta vez, de corromperme
yo beso la melancolía de esperarte.
(a Melanie; mi amor, mi compañera, mi canción de noche y de día, de esperanza y resurreción)
con una mano en el pecho
y así, con los ojos embebidos en agua
(que lava la cara,
que lava el corazón)
yo, convertido en esta débil masa que se deshace
y abrazando flamantes formas (que ya no son tales);
con la mente enferma
pero con intacta convicción de amor,
con la certeza de añorar tu imprescindible cancion envolviéndome,
te prometo que quedo tendido en la llanura del tiempo
al ras del centro de la tierra
al filo de la decadencia que no habrá, esta vez, de corromperme
yo beso la melancolía de esperarte.
(a Melanie; mi amor, mi compañera, mi canción de noche y de día, de esperanza y resurreción)
lunes, 4 de marzo de 2013
Excepciones
El camino marca los pasos indómitos;
La presa elige su parte más jugosa;
El asesino deja las huellas pertinentes;
El filo del cuchillo disculpa a los dedos, y los besa;
La fiebre lo deja dormirse, esta vez.
La desértica musa se viste de agua para él.
El tambor le concede al pálido, aquel toque ancestral.
El amor no exprime su piel como vulnerable cítrico.
El domingo no traza lazos con el fracaso.
Pero el hambre insiste, y cocina la muerte de alguien que aún no existe.
La presa elige su parte más jugosa;
El asesino deja las huellas pertinentes;
El filo del cuchillo disculpa a los dedos, y los besa;
La fiebre lo deja dormirse, esta vez.
La desértica musa se viste de agua para él.
El tambor le concede al pálido, aquel toque ancestral.
El amor no exprime su piel como vulnerable cítrico.
El domingo no traza lazos con el fracaso.
Pero el hambre insiste, y cocina la muerte de alguien que aún no existe.
viernes, 1 de marzo de 2013
y un día lo supo:
descubierto el velo,
empapado el puñal pero
en indecisa agonía,
y con los ojos, como nunca, al desnudo
para aburrirse bajo tierra de una vez, y para siempre
sin nada pendiente
sin llamadas por hacer
sin manos que acariciar
sin un cuello que someter
sin el sabor indigno de la impotencia:
el rostro del enemigo
era el espejo
que todo contiene
descubierto el velo,
empapado el puñal pero
en indecisa agonía,
y con los ojos, como nunca, al desnudo
para aburrirse bajo tierra de una vez, y para siempre
sin nada pendiente
sin llamadas por hacer
sin manos que acariciar
sin un cuello que someter
sin el sabor indigno de la impotencia:
el rostro del enemigo
era el espejo
que todo contiene
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