Si me lo pedís
con una mano en el pecho
y así, con los ojos embebidos en agua
(que lava la cara,
que lava el corazón)
yo, convertido en esta débil masa que se deshace
y abrazando flamantes formas (que ya no son tales);
con la mente enferma
pero con intacta convicción de amor,
con la certeza de añorar tu imprescindible cancion envolviéndome,
te prometo que quedo tendido en la llanura del tiempo
al ras del centro de la tierra
al filo de la decadencia que no habrá, esta vez, de corromperme
yo beso la melancolía de esperarte.
(a Melanie; mi amor, mi compañera, mi canción de noche y de día, de esperanza y resurreción)
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